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LOS MISTERIOS DE ESTAMBUL

Por Mariela Sagel

     Tanto que he escrito sobre este inabarcable país, donde ya tengo casi cuatro años de estar representando a Panamá, y me doy cuenta de algunos hilos sueltos que merecen atención, sobre todo para los que son aficionados a la historia y los que viajan a Türkiye.

     Uno de ellos es la fortaleza Rumelia, o Rumeli Fortress (en turco “Boğazkesen”, en la parte más estrecha del Bósforo, 660 metros de una orilla a la otra) del lado europeo de la ciudad de Estambul.  Es un sitio que se aprecia desde los barcos que recorren el estrecho, pero pocos visitan, porque se ha dejado un poco en el olvido y fuera de los circuitos turísticos.

     Esta fortaleza fue construida por el sultán Mehmet, el Conquistador, frente a la fortaleza Anadolu, que está en el lado asiático, para que ambas sirvieran de protectoras de la entrada al estrecho por parte de las fuerzas bizantinas y en preparación para la toma de Constantinopla, situada en el Cuerno de Oro, cortando así cualquier acceso por vía marítima.  Su construcción empezó el 15 de abril de 1452 en un globo de terreno de unos 30 mil metros cuadrados, un año antes de la conquista de la sede del imperio bizantino por el mismo Sultán al que me he referido.  Cada sección de la fortaleza fue responsabilidad de los diferentes Pashas, pero Mehmet puso especial énfasis en la parte que daba al Bósforo, para garantizar su seguridad ante eventuales ataques.  Cuando se avista desde el agua se aprecia una torre, que fue responsabilidad del Pasha Sarıca, la torre a la izquierda del Pasha Zağanos y la frontal del Pasha Halil, por lo que esas torres llevan sus nombres.  Hoy en día, la torre principal también se le conoce como Fatih (que significa conquistador) en honor del Sultán Mehmed.  Está muy cerca de uno de los puentes que atraviesan el Bósforo y que también se llama Fatih.

     Su construcción terminó el 31 de agosto de 1452.  Dos de las torres, la llamada Sarıca y Halil tienen una altura de 9 pisos, incluyendo el piso de acceso, cuyo diámetro es de 23.30 metros.  La otra torre es un piso más baja, pero más ancha, con un diámetro de 26.40 metros.  La altura del conjunto de las torres es entre 22 y 28 metros.  Además de estas edificaciones, hay 13 baluartes o bastiones de diferentes tamaños.  Uno de ellos tiene una forma de prisma cuadrangular, seis son en forma de prisma con muchas esquinas y seis son cilíndricas.  Las torres eran coronadas por techos cónicos de madera, que no aguantaron el embate de la intemperie y el tiempo

Una de las torres

     Después de la toma de Constantinopla y la caída del imperio bizantino, que los otomanos le cambiaron el nombre a Estambul y la convirtieron en capital del imperio.  La fortaleza fue usada como una especie de aduana y también de prisión, especialmente para los estados que seguían en guerra con el imperio.

     Esta histórica construcción fue restaurada después del devastador terremoto ocurrido en 1509, y después de un incendio que sufrió en 1746.  Cuando empezó su última restauración, en 1953, las viviendas que allí se levantaron para alojar a los soldados fueron demolidas y se le devolvió a la fortaleza su diseño y garbo original.

     Recorriéndola, que ahora es un museo, no tiene salas de exhibición.  Hay cañones y las balas que éstos usaban a lo largo de los jardines, con un fuerte olor a nostalgia.  Lo interesante de visitarla es apreciar la estupenda vista que se tiene del Bósforo.  A veces se usa para conciertos y eventos de luces, festivales de arte y similares.

     Al lado de la fortaleza está el distrito de Sariyer, donde el pasado fin de semana una persona fue asesinada dentro de una iglesia católica.

SU HISTORIA

     Los otomanos tenían muy claro que la construcción de ambas fortalezas, que funcionaban en tándem para proteger la entrada por vía marítima, era clave desde que empezaron a pensar en conquistar la ciudad de Constantinopla.  En un intento anterior, Sultán Murad II confrontó muchas dificultades para proteger el Bósforo de las tropas bizantinas.  Teniendo muy en cuenta que la estrategia marítima que fueran a desplegaran, su hijo, Sultán Mehmed II empezó a planear una ofensiva apenas ascendió al trono, en 1451.

     Este ambicioso gobernante había estudiado muy bien al emperador Constantino XI, que sabía de sus intenciones sobre Constantinopla y percibía la creciente influencia otomana en la región.  Incluso llegó a proponer una solución diplomática para proteger la ciudad, en la medida que iba decayendo el imperio bizantino.

     Mehmed no aceptó la oferta de paz que le extendió el emperador y continuó con sus planes, comisionando la construcción de estas dos fortalezas que controlarían el tráfico a través del estrecho, de manera que su toma final en 1453 no fuera obstaculizada por las colonias genovesas que había a lo largo del Mar Negro, como Caffa, Sinop y Amasra.

     Antes de que la Fortaleza Rumeli se construyera allí, hubo una fortificación romana, que también fue usada como prisión por los bizantinos y genoveses, para pasar a ser luego un monasterio.

     La extensión total del complejo es, actualmente, de unos 31,250 metros cuadrados.  La fortaleza tiene tres entradas principales a las torres y una lateral.  Las casas de madera que allí se edificaron eran usadas por los soldados y también se levantó una pequeña mezquita, de la que solamente queda su minarete.  El agua que usaban prevenía de una cisterna subterránea y se distribuía por unas fuentes empotradas en la pared, de las cuales solamente una se puede observar.

     El término «Boğazkesen» significa “cortar el estrecho”, pero hay otra definición, un poco macabra, para la palabra boğaz, que no solo significa estrecho sino cortar la yugular en turco.  Al cambiársele el nombre a Rumelihisari, significa “Fortaleza en tierra de romanos”, o la Europa Bizantina. 

     En una ocasión, un batallón de 400 jenízaros* se estableció allí, y esa es la razón de los cañones que todavía se pueden apreciar.  Cuando se terminó su construcción, Mehmed empezó a cobrar un peaje a los barcos que pasaban cerca de los cañones.  En una ocasión un barco veneciano, que ignoró las señales de detenerse antes del cañón, fue hundido por una sola bala y su tripulación decapitada, excepto el capitán, al que empalaron como un espantapájaros para advertir a los próximos marinos que cruzaban el estrecho. Hay que recordar que Mehmed y Vlad, quien luego fue el rey de Valaquia, fueron hermanos de crianza y a este último le decían “el empalador” por su crueldad en realizar estos castigos.

     Los cañones fueron usados en la segunda mitad del siglo XIX para saludar al sultán de turno cuando pasaba por el estrecho.  La imagen de la fortaleza ha sido utilizada en billetes de lira turca entre los años 1939 y 1986.

*Los jenízaros (en turco, yeniçeri, que significa «nuevas tropas» o «soldados») eran soldados de infantería con alto nivel de entrenamiento del Imperio Otomano. Entre sus muchas misiones se destacaba la de ser los encargados de la custodia y salvaguarda del sultán otomano, así como de las dependencias del palacio imperial de Edirne (que fue capital del imperio) y, más tarde, del nuevo palacio imperial Topkapi de Estambul. Eran considerados la guardia personal del sultán. Fuente Wikipedia.

3 COMENTARIOS

  1. Este documentadísimo artículo sobre la fortaleza Rumelia de Estambul enriquece la colección de trabajos publicados por la periodista-arquitecta panameña Mariela Sagel sobre la historia, la cultura y la enorme riqueza turística de Turquía. Esta embajadora de su país en Ancara completa su misión diplomática con esta labor documental que la convierte en embajadora cultural de Turquía para todo el mundo de habla hispana. Su doble trabajo merece la atención de los dos gobiernos.

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