Domingo 7 de diciembre de 2014
«La FIL Guadalajara, la feria más importante de Iberoamérica, cierra sus puertas hoy, tras una intensa semana de actividad editorial.»
‘Somos lectores’, ‘Creemos en los libros’ y ‘no seas boludo, lee’. Son algunos de los ‘slogans’ presentes en la Feria Internacional Del Libro de Guadalajara. Si bien la edición de este año está dedicada a Argentina, la actualidad mexicana domina por el ambiente de protesta que a diario se mantiene, por una sociedad que reclama justicia por los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre. El lunes se organizó una protesta pacífica que salió desde el frente de la Expo Guadalajara, liderada por Paco Ignacio Taibo II y Juan Villoro. A diario a los desaparecidos se les llama por su nombre o se cuenta hasta 43 en las intervenciones de los escritores y periodistas mexicanos comprometidos, como sucedió en la presentación del libro Las amantes del poder de la periodista Sanjuana Martínez, o en el debate que se llevó a cabo sobre el tema ‘Disentir en silencio: violencia contra la prensa y criminalización de la protesta en México’. La discusión involucró a los periodistas Carmen Aristegui y Lydia Cacho, junto a Darío Ramírez Salazar y Juan Villoro, ante una auditorio donde no cabía un alma.
Afuera una multitud sentada en el suelo no se perdía de nada de lo que se hablaba, aplaudiendo con vehemencia ante dos pantallas gigantes.
ESPERADOS Y APLAUDIDOS
La rica agenda cultural se cumplía en estricto rigor. Como siempre, la organización se ha lucido. Entre los escritores mexicanos, a quienes sus coterráneos veneran, estuvo el historiador y supuesto heredero intelectual de Octavio Paz, Enrique Krauze, que participó en todos los homenajes que se rindieron al Nobel de Literatura mexicano por el centenario de su nacimiento. En torno a esa efeméride se generó un interesante debate por parte del Colegio de México sobre el pensamiento de Paz. Además de Krauze, también estuvo presente el cuentista Juan Villoro, el más joven de los miembros de este prestigioso círculo intelectual.
Siempre se ha sostenido que Octavio Paz era un hombre de derecha, y hasta cierto punto esto fue rebatido por Krauze, especialmente en un país que pareciera que está saliendo del pasmo después que ha tenido la dictadura casi perfecta, con la preeminencia del PRI durante casi todos los gobiernos desde hace casi cien años, con la sola excepción de dos presidentes del PAN, que vinieron a ahondar la crisis que de por sí ya se vivía.
Enrique Krauze también presentó la reedición de su libro La presidencia imperial con la presencia de José Woldenberg, que fuera magistrado del instituto electoral, el equivalente a nuestro Tribunal. Uno que no llegó a su presentación fue Jorge Castañeda, con su libro Amarres Perros , una autobiografía voluminosa de un polémico escritor y político, ex canciller y quien siempre ha dado de que hablar en los círculos intelectuales y de la política.
El título, según supe, es porque siente que su vida ha sido siempre de estar gestionando para que se concreten cosas, y promete ser una lectura deliciosa, en la que un hombre con apenas 60 años se atreve a desgranar su vida. Supe que se enojó porque, antes de la inauguración de la feria, entró en un librería y no encontró su libro, por lo que decidió no asistir.
El escritor galés Ken Follet presentó El umbral de la eternidad , que representó el cierre de la trilogía del Siglo , y que convocó a un público numeroso y joven. El autor, que tiene un fino sentido de humor y -contrario a las expectativas de que fuera un tipo engreído y soberbio- resultó un ameno conversador y explicó las razones por las que esos tres libros le han llegado a tanta gente, y es que escogió para narrar la historia del siglo 20, especialmente en torno a las guerras (incluyendo la Guerra Fría) a cinco familias, la mayoría comunes y corrientes, de Estados Unidos, Inglaterra, Rusia, Alemania y Gales. Hay quienes abordan la historia desde la visión de los líderes de ese tiempo, sean reyes, emperadores, dictadores o políticos. Un evento muy entretenido, con un escenario lleno y con jóvenes que le daban las gracias por haber escrito esa obra monumental.
Otro que paraliza la feria -y este año no ha sido la excepción- es Arturo Pérez Reverte, quien además de haber tenido una sesión de firmas donde la gente estuvo haciendo fila desde una hora antes, presentó la edición de la Real Academia de la obra de Manuel de Cervantes Saavedra, Don Quijote, adaptada para jóvenes, edición que ha sido largamente esperada puesto que según él, los ignorantes ministros de educación que ha tenido España eliminaron la lectura del Quijote en las aulas escolares.
La presentación se hizo en el marco de ‘Mil Jóvenes y un Quijote’, donde la juventud se hizo presente en todo su esplendor y donde el escritor español se lució. El auditorio Juan Rulfo tuvo que ser abierto porque había una multitud escuchando al autor, que maneja el público de manera excepcional y sin aburrir, casi de manera tan elocuente como escribe.
Todavía le queda una actividad más a don Arturo, antes que la feria culmine el siete de diciembre, y es la presentación de sus dos últimos libros, El tango de la Guardia Vieja y El Francotirador paciente , así que nos queda otra sesión de disfrute con un escritor que se ha ganado su fama a punta de libros bien escritos y mejor investigados (recuerden ‘La Reina del Sur’), y cuyo compromiso con la lengua española es innegable.
ARGENTINA, INVITADA DE HONOR
Siendo país invitado, Argentina tuvo toda la explanada de la Expo Guadalajara para mostrar sus talentos intelectuales. No faltó una exhibición homenaje a Quino, el autor de Mafalda, ni fotos de las madres que reclaman sus hijos y nietos, desaparecidos durante la dictadura militar, algunas de las cuales los han encontrado, y las semblanzas de Borges, Cortázar, Horacio Quiroga, Domingo Faustino Sarmiento, Alfonsina Storni, Victoria y Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares y muchos otros más.
Hubo además sendas conferencias sobre Jorge Luis Borges (en uno de ellos estuvo María Kodama, su viuda) y Julio Cortázar, cuyo centenario también se conmemora este ano. El escritor mexicano Gonzalo Celorio condujo una multitudinaria sesión de ‘Ecos Cortazarianos’ por parte de la Cátedra Julio Cortázar y en conmemoración a los 20 años de vigencia de la misma, que formaron inicialmente los desaparecidos Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. También se tomó en cuenta a la juventud, presentando una interesante actividad denominada ‘Cortázar para chavos’.
La presentación del libro de Jorge Zepeda Patterson, Milena o el fémur más bello del mundo fue emocionante porque es la primera vez que un mexicano gana este importante galardón y lo ha hecho con su segunda novela. El presentador, el periodista Carlos Puig, dedicó la sesión a su maestro y gran escritor, de quien se conoció ese día (3 de diciembre) su muerte, Vicente Leñero.
La feria no termina todavía, continúa el fin de semana y se está a la espera de Ernesto Cardenal, Gioconda Belli, María Dueñas (la autora de El tiempo entre costuras) y otros famosos autores. La presidenta de Argentina no vino a la inauguración, como hacen los presidentes de los países invitados y eso hubiera puesto en aprietos al Presidente Pena Nieto, que en estos momentos atraviesa una seria crisis de gobierno y además, no creo que vuelva a la FIL después de la metida de pata que hizo cuando siendo candidato confundió los títulos de dos autores, evidenciando su poca cultura.
El año entrante el país invitado es el Reino Unido, veremos cosas interesantes, con tantos buenos escritores que tiene ese país y que, como Ken Follet, se animan a enfrentarse a un auditorio que no habla inglés en su mayoría, pero gracias a la traducción simultánea, todo el mundo expresa lo que quiere. Tal fue el caso del italiano Claudio Magris, que ganó el premio de Lenguas Romances y a cuya presentación asistió un público ávido de conocer su obra.
‘Creemos en los libros’, es el eslogan de este ano y ha resultado muy acertado. Veremos las estadísticas finales y constataremos que la FIL Guadalajara es la más importante de Iberoamérica.