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SIGUIENDO CON LOS GUAPOS DE LEYENDA

Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 25 de abril de 2021.

     En la lista de “Guapos de leyenda” de Javier Menéndez Flores, que empecé a reseñar la semana pasada, sigue Gary Cooper, el americano pluscuamperfecto, algo muy parecido a Dios.  De ascendencia estadounidense, pero hijo de ingleses, intentó estudiar en el Reino Unido pero la I Guerra Mundial frustró las aspiraciones de sus progenitores, regresando a Iowa para tomar clases de dibujo y pintura.  Era buen dibujante pero mejor jinete, por lo que entró a ser “caballista”.  Sus mejores años fueron cuando estelarizó “Adiós a las armas”, “El secreto de vivir”, de Frank Capra, “El sargento York” (por el que recibió su primer Oscar) y “Por quién doblan las campanas”.  Posteriormente Gary Cooper actuó en “Juan Nadie” y “Bola de fuego”.  Es larga y extensa la filmografía de este actor.  Sus ideas conservadoras lo llevaron a ser parte de la Asociación Anticomunista de Actores en los peores tiempos del Macartismo, pero se negó a denunciar a sus colegas.  Tuvo amores con Marlene Dietrich y Grace Kelly, fue gran amigo de Ernest Hemingway, del que protagonizó varias películas de sus obras llevadas al cine.

     Nacido en 1901 en Montana, murió en Hollywood en mayo de 1961 de un cáncer de próstata.  Sus colegas Charlton Heston y Morgan Freeman le deben sus carreras y el director Vittorio de Sica lo definió como un actor absoluto.

     Kevin Costner sigue en la lista alfabética de Javier Menéndez.  Nacido en 1955 en California, fue descubierto en una película del oeste, “Silverado”.  Se dice que se parece a Gary Cooper, pero eso les viene a los dos de cuna.  Es inolvidable en “Los intocables de Eliot Ness”, junto a Robert de Niro en el papel de Al Capone y Sean Connery como su superior.  Después de banalizarse en un par de filmes entretenidos, volvió con fuerza en “Bailando con lobos”, que protagonizó y produjo, alzándose con siete Oscar de las doce candidaturas.  No podemos olvidar sus películas “Open Range”, junto a Robert Duvall y Annette Bening y “Mr. Brooks”.

     Russel Crowe es neozelandés, nacido en 1964, y no es precisamente guapo, pero a base de tesón, agresividad escénica y talento ha logrado situarse en los macizos de cinco estrellas.  La revelación estadounidense se dio con “L.A. Confidential”, que estelarizó junto a Kim Basinger, Kevin Space, Danny de Vito y otros.  “Gladiator” lo consumó y “Una mente brillante”, sobre el matemático John Nash lo catapultó.  Cantante y amante del fútbol, se nos vuelve inolvidable.

     Seguimos con Tom Cruise, nacido en Syracuse, New York en 1962.  Estudiante de actuación, sus primeros pininos los hizo con “Rebeldes”, de Francis Ford Coppola, pero la película que lo lanzó al éxito fue “El color del dinero”, de Martin Scorsese, junto a Paul Newman.  Siguieron los éxitos como “Nacido el 4 de julio”, de Oliver Stone, “Algunos hombres buenos”, junto a Jack Nicholson y Demi Moore.  Además de Nicole Kidman, con la que se casó, tiene a su haber novias como Penélope Cruz y Cher.

     James Dean, atormentado y hermoso por sus propias tragedias, nació en 1931 en Indiana, Estados Unidos.  Huérfano, solo y con ojos trágicos, fue un actor que se fraguó junto a figuras como John Wayne y Donna Reed.  No fue hasta que estelarizó la adaptación cinematográfica de “Al este del Edén”, novela de John Steinbeck, que al conocerlo lo identificó inmediatamente con su personaje principal.  Murió en un trágico accidente de automóvil en 1955.  Poco se sabe de su vida sentimental, con un leve velo de homosexualidad sobre ella.

     Y llegamos a Alain Delon, que ostenta la portada de estos guapos, es quizá la cara más hermosa que haya dado Francia durante la década de los sesenta y setenta.  Nació en Sceaux, al oeste de París, en 1935 y pasó cuatro años en la guerra de Indochina.  De vuelta a Paris empezó a frecuentar la noche parisina y los círculos artísticos no fueron inmunes a su presencia de hielo incandescente.  Después de varias películas sin mayor trascendencia, debutó en “Al final de la escapada” junto al entonces desconocido Jean Paul Belmondo, “El Gatopardo”, bajo la dirección de Visconti, que resaltaba que era muy trabajador, y junto a Burt Lancaster y algunas otras películas como “Borsalino” que no solo lo convirtieron en un símbolo sexual sino en uno de los actores más sólidos de esos años.

Alain Delon en el cartel del Festival de Cannes de 2019

     Fue un éxito en el cine galo y no incursionó en Hollywood porque le bastaba su popularidad en su idioma natal, con contadas excepciones.  Estuvo involucrado en algunos temas polémicos ligados a la política de los que salió absuelto y fue el gran amor de Romy Schneider.  Hoy tiene 85 años y sigue teniendo éxito en sus negocios y como coleccionista de arte.

     Leonardo DiCaprio se nos hizo inolvidable en su actuación del “Titanic”.  El más joven de este recuento, nació en California, de ascendencia italoalemana en 1974. Antes de esa icónica película había actuado en una adaptación rocambolesca del clásico de William Shakespeare “Romeo y Julieta” y en “La habitación de Marvin”, junto a Meryl Streep, Diane Keaton y Robert de Niro, que mostraron al mundo el joven artista con más futuro en ese momento.  Ya había enamorado al público actuando en “La huída” de Sam Peckinpah.  Su carrera iba en ascenso, consagrándose en trabajos con directores como Woody Allen, Martin Scorsese o Steven Spielberg. 

     Se ha destacado como un gran filántropo de niños sin recursos y gran defensor del medio ambiente que predica con el ejemplo: no tiene avión propio, usa paneles solares en sus residencias y conduce vehículos híbridos.

Clint Eastwood en los carteles de sus películas

     Clint Eastwood es el representante estadounidense del hombre duro que eran Belmondo y Delon en Europa.  Otro californiano, nació en 1930 de orígenes humildes, tuvo que emplearse en cuanto oficio se le cruzara: leñador, limpiador de piscinas, pianista, bombero forestal, obrero metalúrgico, y, ahorrando, se inscribió en un curso de arte dramático.

     Sus esfuerzos se fueron cristalizando en las actuaciones de varias películas hasta que llegó “Harry el sucio”, a la que siguieron otros “Harry´s”.  Poco a poco fue convirtiéndose en el productor de sus propias películas y llegó “El cazador” (The deer hunter), que reunía a Meryl Streep, Robert De Niro y otros.  En “Los puentes de Madison” reclama que es cuanto más se asemeja a su personalidad.  Su filmografía es larguísima pero su vida política muy poco conocida, ya que fue electro alcalde de Camel, donde reside, pero no duró mucho en el puesto porque le quitaba mucho tiempo, que prefiere dedicar al cine y a su pasión por el jazz.  Todo un hombre del Renacimiento a sus 90 años.

     Errol Flynn se tomó la carrera de actor con la misma solemnidad con la que pasó por el mundo:  ninguna.  Su máxima era “carpe diem” (goza el presente) y fue un vividor, mujeriego, drogadicto y dentro de todo, aprovechó su privilegiada carrocería para hacerse un puesto en el mundo del cine.  Australiano de nacimiento, en 1909, se fue apenas pudo a probar suerte a Nueva Guinea como dueño de una plantación de tabaco y una mina de cobre, que fueron fracasos económicos.  Viajó al Reino Unido y con su charme consiguió papeles relativamente importantes, el primero “El capitán Blood” (1935).  Actuó junto a Olivia de Havilland en ocho películas y con Humphrey Bogart en “El halcón del mar” y “Camino de Santa Fe” con nada menos que Ronald Reagan.  Después se destacan “Murieron con las botas puestas” y “Fiesta”, junto a Ava Gardner y Tyrone Power.

     Su corta vida, porque murió en 1959, fue tan alucinante que ha sido motivo de varios libros, tanto escritos por él mismo como por otros que lo señalan como el cultivador de vicios.  Vivió un tiempo en Cuba y produjo dos cortos que fueron calificados de bodrios, antes del triunfo de la revolución.  Tuvo definitivamente una vida estrambótica donde sobraron los excesos y faltó la razón.  

     Finalizo esta segunda entrega con el guaperas de Harrison Ford, nacido en 1942, afianzado en el personaje de Indiana Jones.  Contrario a Flynn, Ford ostenta una sonrisa sobria y cínica.  Su madre era actriz de radio y él se inició en este medio haciendo uso de su melodiosa voz.  De su filmografía se destaca “American Graffiti”, “La conversación” y “Héroes”, con Sally Fields.  De allí dio un salto cuantitativo para “La guerra de las galaxias” y lo remató con “En busca del arca perdida”, que muestra a un arqueólogo, preludio de los demás Indiana Jones.  Hoy tiene 78 años y vive en un rancho de Wyoming.

     La tercera será la vencida, y no menos interesante que los diez guapos de leyenda que les presenté aquí.