NATALICIO DE SIMÓN BOLÍVAR
MARIELA SAGEL
Facetas, 22 de julio de 2012
Escritor, guerrero, amante, idealista, político. El próximo martes latinoamérica conmemorará 229 años del nacimiento de ‘El Libertador’. Un sueño que abarcó todo un continente
El martes 24 de julio se cumplen 229 años del nacimiento de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar, a quien la historia le concedió el honroso título de ‘El Libertador’ y cuyas glorias y desaciertos no dejan de cautivar tanto a autores, que se inspiran en buscarle un aspecto que sus muchísimas biografías no hayan cubierto, como a quienes lo han sacralizado, como es el caso de Hugo Chávez, quien le rinde un culto exacerbado en Venezuela.
Bolívar fue y sigue siendo un personaje fascinante, desde donde se mire. Su origen aristocrático, su fallido matrimonio (su esposa murió cuando apenas llevaban un año de casados) y su incansable afición por la lectura de los clásicos y la excelencia en la educación, lo llevó a prometer, en el monte Sacro de Roma, en 1805, liberar a su país. A él se le debe la independencia de Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá de la corona española.
Su compromiso de no volver a casarse después de su prematura viudez lo hizo sujeto de múltiples amoríos, que ocurrieron de verdad o fueron inventados. Se le atribuyen dos hijos, una mujer nacida en Cali, Colombia y un niño, en Potosí, Bolivia. Pero la que ha sido constante en toda su historia es la presencia de Manuela Sáenz, una perspicaz ecuatoriana que dejó a su marido para ser la musa del ‘El Libertador’. Fue su adoración y la gran luchadora que persiguió sus quiméricas causas.
EXTENSA BIBLIOGRAFÍA
Sería imposible mencionar todos los libros, escritos y conferencias que se han centrado en la figura de Bolívar. No en cantidad pero rivalizando en interés está La esposa del Dr. Thorne, título que tuvo el libro sobre Manuelita Sáenz del venezolano Denzil Romero, que publicó su obra en la colección ‘La Sonrisa Vertical’, dedicada a los temas eróticos. Y es que ella fue una defensora de la libertad de forma contundente, en todos los aspectos.
Carlos Marx, Federico Engels, Germán Arciniegas, nuestros autores Rodrigo Miró y Diógenes de la Rosa, Gabriel García Márquez, Indalencio Liévano Aguirre y más recientemente William Ospina y Jorge Volpi se han ocupado de Bolívar, entre muchos otros que se dedicaron a estudiar su vida y obra, que es inmensa, con sus fallas y sus aciertos.
‘El Libertador’ apenas vivió 47 años y fue el protagonista de muchas batallas. Ostentó muchos honores (llegó a ser proclamado presidente de lo que se conoció como la Gran Colombia por el Congreso colombiano en 1821, cuya extensión era la Nueva Granada y Venezuela). Asimismo fue Jefe Supremo y Presidente Vitalicio del Perú y en algún momento se autoproclamó ‘Dictador de la Gran Colombia’ (en 1828) desatando varias revueltas que si bien no lo depusieron inmediatamente, iniciaron su descenso del poder mediante conjuras y disputas que fraccionaron la solidez de su proyecto territorial.
Así como Bolívar inspiró a muchos a ocuparse de sus victorias y derrotas, otros lo han hecho de los personajes más cercanos, además de ‘La Libertadora del Libertador’, como se le ha llamado a Manuelita. El Mariscal que vivió de prisa, el muy sonado libro del colombiano Mauricio Vargas -que fue presentado en Panamá hace un par de años- se ocupó de Antonio José de Sucre y pronto tendremos La noche que Bolívar traicionó a Miranda, de Juan Jesús Armas Marcelo, que trata sobre la álgida relación con Sebastián Francisco de Miranda. También ha sido publicada recientemente la traducción al español de un libro de un general franco alemán escrito hace 182 años en Boston, Estados Unidos. En 1982, Henri Louis Villaume Ducoudray publicó Memorias de Simón Bolívar, en el que describe a ‘El Libertador’ como un hombre vanidoso, mujeriego y cobarde. El autor convivió con Bolívar durante dos años. La obra plasma la visión de la disciplina de los combates de un general prusiano hacia un militar caraqueño.
PANAMÁ Y BOLÍVAR
El Istmo de Panamá fue escogido por Bolívar para celebrar el Congreso Anfictiónico de 1826 en el inmueble que lleva su nombre y que actualmente alberga las oficinas de la Cancillería, en el malogrado Casco Antiguo.
El conclave buscaba la unión de los países hispanoamericanos, los mismos que fueron antes virreinatos españoles. Se guarda con una réplica de la espada del Sol en lo que fuera el convento de San Francisco (una réplica de la misma fue regalada en el año 2000 por el Presidente Hugo Chávez). Asimismo, los documentos originales de los protocolos del Istmo fueron cedidos por Brasil en calidad de préstamo al gobierno panameño.
UNA PERSONAJE DIGNO DE ‘GABO’
Dice la leyenda que Bolívar escogió Panamá por estar enmarcada en un istmo, como el de Corintio, y lo de Anfictiónico fue en recuerdo de la liga de la antigua Grecia del mismo nombre. Desde 1929 existe en nuestro país la Sociedad Bolivariana de Panamá, que posteriormente fue facultada por la Ley 63 de 1941 como organismo director de todas las actividades bolivarianas en la República y que a partir del año 2000 es la responsable de cuidar y preservar el legado que tiene el Salón Bolívar de la Cancillería, su custodia, conservación y administración.
Para celebrar esta fecha histórica, se realizarán sendos actos, lo que nos lleva a reflexionar si no será también propicio que dicha agrupación tenga un ‘relevo generacional’ y contagie a una nueva pléyade de amantes de la historia y de las gestas libertadoras a unirse en el estudio de hechos que determinaron el rumbo de cada uno de los países que en su momento estuvimos bajo la égida del gran Libertador, que para detractores y defensores, partió de Bogotá hacia San Pedro Alejandrino, en un laberinto de hechos que noveló magistralmente el genial Gabriel García Márquez.