En el país de las babosadas
MARIELA SAGEL
La Estrella de Panamá, 11 de agosto de 2013
Trato fehacientemente de abstraerme de los temas locales y nacionales, aspavientos diarios, exabruptos gubernamentales y desafueros electorales y concentrarme en destacar en este preciado espacio instancias que nos cambien la vida y nos hagan mejores personas, pero me es difícil hacerlo.
Pareciera que a medida que se acerca la fecha de mayo del próximo año no tendremos ni un segundo de tranquilidad ni un momento de sosiego.
No recuerdo que en jornadas electorales anteriores haya habido tanta efervescencia y tanto desboque. Ni tanta ansiedad de que llegue el momento del voto.
Se ha hecho mucho énfasis en la efectividad de las redes sociales en multiplicar los mensajes y fue así como el lunes uno de los mensajes del presidente, —en vez de comentar los postulados de su candidato que estaba en otro canal de televisión—, se puso a insultar a Juan Carlos Navarro (con errores de ortografía incluidos) cuando estaba en Telemetro, le rebotó como un bumerán. Si es uno de los mandatarios que más seguidores tiene no es precisamente por la acuciosidad de sus planteamientos ni la sapiencia con que los hace. Varias veces se le han convertido en mueca sus repelencias.
De haber aprovechado la pantalla del Twitter y la rapidez con que se multiplica un mensaje, al tiempo que Navarro hablaba en un medio, él pudo haber destacado lo que estaba diciendo su candidato simultáneamente en otro. Estoy segura que mucha gente, por simple curiosidad, hubiera sintonizado el otro noticiero. Eso demuestra que ni él lo estaba escuchando. Parece que estos tiempos preelectorales tienen a muchos disparándose en los pies.
Siguiendo en la agenda semanal, no faltó entierro de paloma ni bautizo de muñeca donde no hablara de las ‘babosadas’ que destacan los medios y del atraso en que nos tenían los gobiernos anteriores. Si no fuera por las noticias de esos medios que él llama opositores no nos hubiéramos enterados de sus desenfrenos y si no se hubieran sentado las bases para el actual crecimiento económico desde gobiernos anteriores, por más palas y más tuneladoras que hubieran contratado directamente, no se sostendría el avance actual. El remate fue su presencia el viernes en el noticiero de TVN, donde siguió con los insultos y las descalificaciones. En un período donde tiene que dejar de ser candidato para ser estadista, no está aprovechando lo que, según él, ha hecho bien y más, en 4 años que en los 40 que le antecedieron.
Como si no fuera suficiente con la incontinencia verbal y tuitera diaria del presidente, la forma déspota y grosera con que el ministro de Seguridad respondió en una llamada telefónica a un periodista sobre el tema del azúcar confiscada en el barco norcoreano da un ejemplo deplorable a nuestra juventud de cómo se comportan nuestro políticos criollos y por eso es que muchos de los jóvenes ven mal el oficio de político. Si a estas alturas el señor ministro considera que su profesor era un chambón en temas legales, seguramente él, como alumno, lo está sup erando doblemente.
La alcaldesa sigue en campaña con los recursos del Estado y vistiendo todos los sombreros que le criticaron a Varela, —si mal no recuerdo el alcalde Navarro se separó del cargo cuando aspiró a la candidatura presidencial en el 2009—, el candidato oficialista usa colores diferentes a los del partido (debe ser que no conocen de lo que es imagen corporativa o un manual que guíe cómo utilizar los pantone y los logos) y el vocero oficial dice a gritos que la forma en que entienden la rendición de cuentas es botar la plata en publicidad.
De babosada en babosada nos hemos pasado la semana. Según el diccionario, babosada es algo intrascendente, sin valor, una necedad y una tontería.